COMPROMETERTE CONTIGO
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El Poder de Comprometerse con Uno Mismo |
El compromiso no es por azar.
Una de las cosas que más he practicado durante la cuarentena, es el ejercicio de la introspección. Observar, reflexionar y mirar mucho para adentro, aunque también para afuera.
Durante el periodo de introspección me puse a pensar en palabras que convertidas en acciones pueden tener un gran impacto en nuestras vidas. Una de ellas es el compromiso.
Básicamente, dependiendo de la personalidad de cada uno, de lo que queremos en la vida, nos comprometemos con unas cosas y pasamos de otras. Y pienso que aunque pudiera parecerlo, el compromiso no es fruto del azar.
Sinceridad en el compromiso.
Un día estaba viendo una serie de esas típicas, ya sabes, donde tenemos a policías corruptos y otros decentes, delincuentes terribles y otros que llegas a apreciar.
Una de esas series que, al final, te muestran que la vida está hecha de más tonos grises que de blancos y negros.
Hay una escena de esta serie que me interesa rescatar. Se trata de una en la que se junta un delincuente colaborador con uno de esos agentes decentes, porque tienen que detener a otro delincuente "más terrible".
La cuestión de fondo es que, el agente que siempre había actuado de forma decente, se enfrenta esta vez a un dilema: tomar la justicia por su mano y matar al delincuente que debe detener (saldando una cuenta del pasado) o hacer lo que dicta la ley. O sea, detenerle y llevarle ante la justicia.
El delincuente colaborador, quien rápidamente se da cuenta de las intenciones de este buen agente, le dice algo como: "Piensa bien lo que quieres hacer, puedes matarle sin que nadie más lo sepa, pero lo importante es que lo sabrás tú y tendrás que vivir con eso".
El delincuente colaborador, quien rápidamente se da cuenta de las intenciones de este buen agente, le dice algo como: "Piensa bien lo que quieres hacer, puedes matarle sin que nadie más lo sepa, pero lo importante es que lo sabrás tú y tendrás que vivir con eso".
El delincuente colaborador se lo dice porque sabe que es un agente comprometido con lo correcto en el ejercicio de su profesión. Además, han compartido suficiente tiempo para conocerle a nivel más personal, por eso le recuerda que sea sincero consigo mismo.
De la escena quiero destacar el ejercicio de sinceridad que requiere cualquier compromiso.
Es decir, tanto si tu compromiso es con otras personas o contigo, o ambas cosas, primero necesitas hacer un ejercicio de honestidad.
Ante los ojos ajenos, tu grado de compromiso con algo, con alguien más o contigo se puede cuestionar. Pero yo pienso que todos sabemos en qué grado estamos comprometidos con cada cosa o cada persona, incluso en qué grado estamos comprometidos con nosotros mismos.
Tal vez podamos engañar a otros, pero nunca podremos engañarnos. Aun cuando otros desconozcan nuestro grado de compromiso, implicación y motivaciones, nosotros siempre lo sabremos.
El compromiso propio va antes.
Y esto es lo que me lleva a la segunda consideración. A la mayoría de las personas les costará hacer un ejercicio de sinceridad acerca de dónde está su compromiso, al menos frente a los ojos externos.
Pero como es de esperar, el primer compromiso de las personas es casi siempre consigo mismas. Puede gustar en mayor o menor medida, pero es una realidad. Y es una realidad que hay que aceptar o entender.
Yo no creo que sea malo comprometerte contigo, de hecho, lo veo fundamental y creo que es esencial para el progreso personal.
Al final, solo nosotros sabemos mejor qué es lo que nos mueve y qué queremos conseguir. Como con el agente, tal vez otra gente desconozca lo que nos mueve, pero lo importante es que nosotros lo sabemos.
Creo que el compromiso es algo que marca nuestras vidas y comprometerse con uno mismo es una acción aún más impactante. Bien podríamos clasificarnos en base a nuestros compromisos.
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