EL DRAMA DE LOS VIVOS
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El Drama de los Vivos |
Gente muy filosófica.
No sé si este post arruinará tu día o si te dejará un mal cuerpo. Lo que sí es verdad es que, en este blog ya toca hablar de este tema.
No sé si este post arruinará tu día o si te dejará un mal cuerpo. Lo que sí es verdad es que, en este blog ya toca hablar de este tema.
Drama de vivos se refiere a cómo se pone la gente cada vez que alguien muere. Ya sea una persona cercana (de a pie) o una celebridad.
Como me decía una amiga hace algunos días, parece que las personas nos damos cuenta de que hay que valorar a los que nos rodean cada vez que alguien la palma.
Como me decía una amiga hace algunos días, parece que las personas nos damos cuenta de que hay que valorar a los que nos rodean cada vez que alguien la palma.
En ese momento, nos volvemos todos muy filosóficos y recibimos una especie de iluminación divina. Y nos percatamos del detalle de que la vida dura lo mismo que el típico matrimonio de una película hollywoodense (dos telediarios). Y que mañana siempre es demasiado tarde.
Pero lo más curioso es que esa iluminación se esfuma como una pompa de jabón. Nuestro estado de contemplación se apaga en nada y se enciende cuando el próximo estira la pata. Y así el ciclo vicioso.
¿Porqué hablo de esto?
Lo comento porque me apetece. Porque el postureo humano a veces roza el ridículo y alguien tiene que decirlo, volver a decirlo o volver a escribirlo.
He visto a la gente llevar más coronas al difunto, cuando en vida parecía no tener familia o alguien que le apreciara. Y ya ni hablar del impacto de la digitalización del luto y el dolor.
¿Porqué hablo de esto?
Lo comento porque me apetece. Porque el postureo humano a veces roza el ridículo y alguien tiene que decirlo, volver a decirlo o volver a escribirlo.
He visto a la gente llevar más coronas al difunto, cuando en vida parecía no tener familia o alguien que le apreciara. Y ya ni hablar del impacto de la digitalización del luto y el dolor.
Incluso personas que te negaban el saludo, de la nada andan subiendo tu foto en sus estados. Como por arte de magia abandona el grupo de Whatsapp y se extiende por la red, donde nunca puedes controlar lo que se dirá acerca de ti y mucho menos defenderte. Bueno, es que ya no vives y no puedes protestar.
A veces, gente que ni te conocía bien se toma la libertad de hablar de ti y decir vete a saber qué cosas. Y si no te gusta lo que dicen, si no quieres aparecer en según qué sitios, pues te aguantas porque ya estás muerto.
Llega un momento en que ni tu familia puede luchar contra el gigante que se forma en el peor de los casos. O quien fuera que realmente le importaras.
He visto a gente compartiendo imágenes de personas que han tenido una muerte muy dolorosa y penosa. Y yo me he preguntado: "¿A quién le gustaría ver sus restos recorriendo el mundo de esa manera?"
He visto a gente compartiendo imágenes de personas que han tenido una muerte muy dolorosa y penosa. Y yo me he preguntado: "¿A quién le gustaría ver sus restos recorriendo el mundo de esa manera?"
Hay personas que van compartiendo piernas y cabezas desangradas como si se trataran de flores hermosas. Si tan solo nos pudiéramos poner un momento en el lugar de esa gente que ya no está...
Pero no, las ansias de compartir nuestro discursito de iluminación vital y sentirnos bien por un momento tras soltarlo nos pueden más.
Los buenos repentinos.
¿Y qué decir de los típicos que te desean todo lo mejor cuando ya has muerto? Los adorables que te dedican sus estados de WhatsApp y stories de Instagram o Facebook, pero que hasta un "hola" te negaban cuando vivías. La hipocresía humana a veces me enferma, pero literalmente.
Recibes más flores al morir que durante toda tu vida. Todos de pronto te quieren. Incluso te quieren dar el mejor funeral o comprarte el ataúd más caro y bonito del mercado, aunque en realidad te hubiera matado el exceso de deudas, porque ya no aguantabas no levantar cabeza.
Los buenos repentinos.
¿Y qué decir de los típicos que te desean todo lo mejor cuando ya has muerto? Los adorables que te dedican sus estados de WhatsApp y stories de Instagram o Facebook, pero que hasta un "hola" te negaban cuando vivías. La hipocresía humana a veces me enferma, pero literalmente.
Recibes más flores al morir que durante toda tu vida. Todos de pronto te quieren. Incluso te quieren dar el mejor funeral o comprarte el ataúd más caro y bonito del mercado, aunque en realidad te hubiera matado el exceso de deudas, porque ya no aguantabas no levantar cabeza.
Y claro, cuando andabas de bajón, estos amantes de la muerte te miraban como ese otro tipo del banco, que si ya no tienes dinero, al final resulta que no sois tan amigos como tú pensabas.
¿Y de los artistas?
¿Qué decir de los artistas? Me estoy echando unas risas solo por no llorar. Parece que hay que palmarla para que empiecen a valorar tu arte y talento (insertar risas o emojis aquí).
¿Y de los artistas?
¿Qué decir de los artistas? Me estoy echando unas risas solo por no llorar. Parece que hay que palmarla para que empiecen a valorar tu arte y talento (insertar risas o emojis aquí).
Así sin más, empiezas a llenar conciertos estando en el más allá que en vida. De pronto tienes más seguidores en las redes sociales. Porque, adivina qué, pues resulta que en el fondo tus escritos, tu voz o trazados, tenían un no sé qué que antes no podíamos apreciar.
Perdónanos inolvidable artista, que el Altísimo te acoja en su gloria, nosotros aquí ya nos buscamos la vida y, mientras tanto, vamos viendo qué es eso que tiene tu arte que resulta tan..., ¿atrapante?
Bueno, este es el drama de vivos. Importas más cuando ya no respiras que mientras lo haces. No sé vosotros, pero si resulta que los muertos tienen algo de fuerza (que con estas cosas nunca se sabe), ojalá no me salga un iluminado de estos (y ya me encargo de dejarlo por escrito), que igual repartiré varias hostias bien dadas a estos hipócritas del más acá.
Bueno, este es el drama de vivos. Importas más cuando ya no respiras que mientras lo haces. No sé vosotros, pero si resulta que los muertos tienen algo de fuerza (que con estas cosas nunca se sabe), ojalá no me salga un iluminado de estos (y ya me encargo de dejarlo por escrito), que igual repartiré varias hostias bien dadas a estos hipócritas del más acá.
¿Qué más? Pues nada, mejor lo voy dejando por aquí. Y no es que no pueda seguir diciendo cosas. Es que hasta a mí se me está quedando un mal cuerpo mientras escribo y pienso en todo esto.
En fin, que te leo si te apetece compartir algo sobre el tema.
¿Qué te parece todo este asunto? Igual necesitamos más amor mientras vivimos y menos drama cuando morimos.
2 comentarios
Totalmente de acuerdo con tu postura. Parece que hay que morirse para que te aprecien. No conocía tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola Rocío! Pues me alegra tenerte por aquí. Y ya que estamos, te doy oficialmente la bienvenida a mi blog... Ya ves, a ver si vamos mejorando un poco ese aspecto... Casi siempre me emociona descubrir cosas nuevas. Seguro me tendrás por ahí curioseando. Te mando un saludo!
Eliminar❤YO TAMBIÉN TE LEO❤