DIA INTERNACIONAL DE LA SALUD MENTAL
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Día Internacional de la Salud Mental. |
Ya no se puede hablar.
Hay algo que me han dicho bastantes personas que he conocido y que no había dado especial importancia hasta hace muy poco. Y eso es: "Estefanía, me ha gustado hablar contigo. No se puede hablar con todo el mundo de cualquier cosa".
Cuando solo te lo dice una persona piensas "igual solo hemos conectado, será percepción suya o una buena casualidad".
Pero como venía diciendo, lo he escuchado y leído tantas veces que ya sí he tenido la necesidad de reflexionar más y expresarme un poco sobre el tema.
Alguna vez he conocido a personas que me han contado que van a un psicólogo. Lo que me sorprendió un poco fue que no pudieran hacerlo con la necesaria frecuencia y cuando una de esas personas me dijo que al salir la sesión del privado a cien euros, las citas no podían ser tan seguidas.
Alguna vez he conocido a personas que me han contado que van a un psicólogo. Lo que me sorprendió un poco fue que no pudieran hacerlo con la necesaria frecuencia y cuando una de esas personas me dijo que al salir la sesión del privado a cien euros, las citas no podían ser tan seguidas.
He de decir que en aquel momento, cuando hablé con la persona de las últimas referencias, yo no tenía tanta información sobre el trabajo de estos profesionales (solo ideas generales). Aunque la psicología siempre me ha llamado la atención y en los últimos años me he permitido informarme más y leer todo lo que he podido sobre esa materia.
¿Y eso te ayuda?
Después de estar hablando un buen rato con la persona del ejemplo anterior, le pregunté cuándo tendría la próxima sesión y me respondió que dentro de dos o tres meses, que tendría que mirar la agenda, pero sería más de un mes de espera.
Mi reacción al escuchar eso fue de lo más instintiva, de sorpresa. Y por eso volví a preguntar: "Oye, ¿y eso te ayuda? Porque a mí me parece que pasa mucho tiempo entre sesión y sesión".
La respuesta que me dio fue: "me ayudan las sesiones, pero el tema es ese de la frecuencia, no es la mejor para mí. Aunque se hace lo que se puede con lo que se tiene".
Eso me llevó a preguntar sobre la posibilidad de acceder a un profesional público, si no quería tenerlo por esa vía. No me vienen ahora las palabras exactas, pero creo que me dijo que no se lo cubrían o algo por el estilo. La cuestión es que no había podido acceder a uno público.
Tener un buen amigo.
Me cuesta recordar bien las razones. Pero mi próximo comentario fue de lo más natural y lo primero que pensé, así que dije: "igual en estos casos sale mejor tener un buen amigo que le escuche a uno, porque en el tiempo que pasa, seguramente la gente necesita expresarse".
Mientras escribo esto soy capaz de ver mi propio error. Como esa persona tenía a varias personas que decía que eran amigas, y salían juntas, organizaban actividades, quedaban a comer y más cosas, yo di por sentado que también podía hablar de cualquier cosa con ellas.
Por otra parte, muchas veces pensamos que quien va a un psicólogo/a es una persona que no lleva una vida que a muchos les parecería normal. Pero la realidad es muy distinta. Se puede encontrar a gente de todo tipo con problemas que requieren atención profesional.
Volviendo al tema de mi comentario sobre los amigos o personas con quienes puedas hablar, me viene a la mente eso que tanta gente me ha repetido y que no daba mucha importancia.
La verdad es que alguien se puede rodear de mucha gente e incluso llamar a algunos mejores amigos, pero sin ser capaz de hablar sobre cosas que verdaderamente son importantes para él/ella y sin sentirse juzgado/a por hacer o decir, haber hecho o haber dicho de cierta forma.
Lo cierto es que no es fácil hablar de todo con cualquier persona. No siempre es fácil confiar en las personas, aunque muchas veces las etiquetamos como "amigos/as", porque es lo que se lleva en la sociedad.
No digo con esto que los amigos puedan sustituir a los profesionales. Pero tener personas con las que puedes hablar honesta y libremente, nunca está de más.
Ejercicios que ayudan.
La gente que he conocido y que visita a estos profesionales, en general me han dicho que hablan y hacen ejercicios que pueden ayudar a mejorar o sobrellevar sus problemas.
Obviamente, los profesionales saben qué ejercicios hacer durante la sesión y cuáles ponerte para después. Y aquí suele estar otra cosa que he notado respecto a los ejercicios que involucran a terceros. Y es que, en ocasiones, esos terceros no son muy dados a colaborar para que la persona avance.
Con decir que alguna vez me llamó la psicóloga de alguien, para agradecerme por haber hecho algo muy sencillo que le vino bien a esa persona. Y claro, yo flipé un poco, porque no creía que fuera para tanto. La realidad es que no lo hizo quien tenía dicha resposabilidad en un principio.
Como ya venía comentando, si el simple hecho de poder hablar con alguien de lo que piensas o sientes para muchos es una odisea, imagina además cuando una dinámica para tu recuperación incluye hacer ejercicios que los involucren.
Esto no quiere decir que alguien pueda conectar de igual forma con todo el mundo. Yo tampoco he podido conectar con todos, pero sí noto que cada vez cuesta más hablar con las personas acerca de cosas que son verdaderamente importantes para uno.
Debo decir que para eso me ha venido bien tener un blog personal, donde puedo escribir sobre lo que sea que se me cruce por la cabeza. En mi caso, a veces no quiero hablar y prefiero escribir. Viene bien gritar ciertas cosas escribiendo.
Día de la salud mental.
Ya sé que el post está siendo más extenso de lo que pretendía, pero la verdadera razón por la que lo escribo es para conmemorar el Día Internacional de la Salud Mental, que se celebró el pasado 10 de octubre.
Como tocó un sábado y yo no publico ese día, lo he trasladado a este lunes. Aclarado esto, debo decir que el estado de la salud mental es uno de los temas que más atención pienso que requieren. Si lo analizamos bien, nuestras acciones como individuos sociales dependen en gran medida de lo que nos pase mentalmente.
Siempre pienso que el mal que te causan a nivel interno puede ser de los más letales. Quizás no te mate de una vez, pero lo hace poco a poco y de manera muy dolorosa. Es como morir muchas veces antes de tu muerte física. Y cada vez que leo que no hay suficientes recursos para enfrentar un mal de esta índole, no puedo evitar preguntarme qué tipo de sociedad vamos a tener.
Una persona que internamente está mal, no aporta a la sociedad todo lo bueno que podría aportar.
Para ir terminando el post, quiero dejar por aquí algunos datos curiosos que he extraído de la página de la Confederación de Salud mental de España:
*450 MILLONES de personas en todo el mundo se ven afectadas por un problema de salud mental que dificulta gravemente su vida.
*MÁS DE 300 MILLONES de personas en el mundo viven con una depresión, un problema de salud mental que ha aumentado un 18,4% (esto fue entre 2005 y 2015).
*CERCA DE 800.000 personas se suicidan cada año, siendo la segunda causa de muerte en personas de 15 a 29 años.
Si quieres más datos puedes acceder a esa página. Pero creo que estas cifras dan motivos para reflexionar.
Me gusta pensar que toda la responsabilidad no es institucional y que como individuos podemos hacer algo desde nuestra posición. Pienso que nos debemos preguntar más a menudo: "¿qué puedo hacer para que conocerme valga la pena?"
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