Es cómodo seguir al rebaño

Estefanía Mbá

En esta noche en vela, he recordado que cuando tenía abierta mi cuenta de Facebook, aquellos años cuando aún era la gran novedad, en el apartado de citas tenía una frase: "Se necesita coraje para vivir como se quiere". Varios acontecimientos que se han dado en mi entorno me han vuelto a llevar a ella. Y he pensado que podríamos hablar de influencias o presión social.

No sé si eres de las que se paran a pensar sobre lo que viven, o si has analizado la vida de tus allegados y has visto que una decisión diferente en un momento dado habría cambiado radicalmente tu vida o la de aquellas personas.

Cómo algunas decisiones han sido grandes aciertos y otras desastres sin remedio. Cómo la gente suele anhelar haber podido escoger diferente, cuando tal vez ya es demasiado tarde.

Y en algunos casos, no te explicas cómo has acabado en el punto en que estás o cómo esas personas han aterrizado en esas situaciones que ya no tienen marcha atrás.

Yo he llegado a la conclusión de que, a veces, queremos vivir de otra manera o tomar ciertas decisiones, pero la responsabilidad que implican nos da mucho miedo y preferimos seguir al rebaño porque es lo más cómodo.

Quizás lo más confortable es sentir que puedes culpar a otras personas de los efectos de las decisiones que tomas, para no decepcionar las expectativas que tienen sobre cómo deberías vivir, o de plano, las consecuencias de tu falta de decisiones. En el fondo, no decidir también es decidir.

¿Cuánta gente acaba viviendo una vida miserable y teniendo un destino lamentable por la presión del entorno? Diría que demasiada. Por eso pienso que se necesita coraje para vivir como se quiere. O mejor dicho, para arriesgarse a vivir como se quiere. Creo que no hay prisión más grande que aquella en la que nos metemos cuando nos atamos con las cadenas de otros.

La libertad, después de todo, solo la pueden experimentar las personas valientes, quienes están dispuestas a asumir la responsabilidad de la propia vida y enfrentar las consecuencias resultantes.

La libertad la experimentan quienes no se refugian en la comodidad que da seguir al rebaño sin el propio discernimiento.