Formas de ganar y libros

Estefanía Mbá

A veces, nos paramos muy poco a pensar en las cosas que suceden en nuestras vidas. ¿Y quién podría culparnos por ello?

¿Acaso no es más fácil vivir en piloto automático que lidiar con la propia existencia? En ocasiones, quedarnos a solas con nuestro "yo" es como tomar un baño de agua fría en invierno. Escalofriante.

Algunas tenemos que hacer un esfuerzo que nos obliga a parar y hacer un viaje hacia el interior del que tanto huimos de tantas formas: con apretadas agendas, empastilladas, con una y otra copa de vino o compañías que sabemos que no llenan el hueco enorme que se siente en el pecho.

Hoy me he encontrado una flor en mi cama, el detonante real de este texto y las reflexiones que ocupan mi mente en esta noche en vela.

Esto me lleva a recordar que justo cuando termine de escribir este texto será el Día Internacional del Libro, un día en que las personas regalan y se regalan rosas y libros.

Quizás parezca inconexo, pero encontrar esa flor en mi cama me ha hecho pensarme como una ganadora y una persona afortunada.

Siempre he pensado que en la vida hay tres formas principales de ganar en lo que sea: teniendo suerte, haciendo las cosas bien o haciendo trampas. Pero incluso para las dos últimas creo que se necesita la primera.

Algunas personas lo harán todo mal y aun así ganarán, porque les acompaña la suerte. Otras tendrán que confiar en el proceso y construir como manda el manual para lograr un resultado positivo, pero si no tienen buena suerte, aún fracasarán a pesar de sus esfuerzos.

La última forma de ganar es forzando el resultado positivo a tu favor, mediante las trampas. Mas, salir indemne de las trampas también requiere de una buena dosis de suerte.

Habiendo llegado a este punto, me doy cuenta de que los libros han sido una de esas herramientas que han cambiado la suerte de las personas desde el principio de los tiempos, para bien y para mal. La suerte de los escritores y la de los lectores.

Pienso que si algo merece ser celebrado, ese algo es un libro. Si algo se merece no solo uno, sino todos los días es un libro.

Los libros tienen el potencial de cambiar nuestra forma de pensar y, por ende, tienen el potencial de cambiar nuestras vidas, mover lo que hay dentro y plantar semillas de prosperidad y en vista de lo que aflora ahora, también semillas de destrucción.

Los libros son armas con mucho poder. Hacen de amigos cuando no los tienes o cuando los que tienes faltan. Los libros te hacen reír más que tu ex tóxico/a. Te emocionan de infinitas formas. Te hacen viajar sin moverte de donde estás y aprender cualquier habilidad.

Sí tú los eliges sabrán sorprenderte y te aportarán más de lo que creías poder recibir. Por todo esto y mucho más hoy quiero decir: “¡Que vivan los libros y feliz Día del Libro!”

Si quieres regalar libros, en concreto, poemarios aptos para casi todas las ocasiones, te dejo el enlace de los míos AQUÍ, para que tú elijas.