La cara oculta del fracaso

Estefanía Mbá

Hablo en serio cuando digo que recibimos un exceso de información sobre cómo ser exitosas, sobre por qué no estamos siendo lo suficientemente exitosas, sobre por qué debemos ser exitosas o sobre lo genial que es el éxito.

Todo un bombardeo y avalancha informativa que, mal canalizados, en lugar de motivarnos, nos deprimen o nos hunden en la miseria. Y no me extraña que se diga que la psicología será la profesión del futuro. Es que, al ritmo que vamos, no habrá suficiente profesional para tanta gente que se siente miserable. Tampoco pienso que el futuro se vea así. Es que ya estamos en el futuro, donde el éxito está sobrevalorado y nos envuelve en la locura.

¿Por qué debes abrazar el fracaso?

Ya sé que esto no vende y la verdad tampoco sé si pretendo venderte algo, solo sé que el fracaso se siente desamparado y alguien tiene que hablar de su importancia. En esta noche en vela, me ha venido a la mente que debemos fracasar y debemos hacerlo pronto.

Cuando nos ponen a determinadas personas como ejemplos de éxito, ya sea en el deporte, en el amor, en los negocios y demás, a menudo omiten los retos y dificultades que tuvieron que superar. Es muy comprensible, el fracaso no vende y por todos lados nos quieren vender cosas.

Triunfa como Messi, total solo se trata de dar patadas a un balón. No tienes excusas para no ser como Rihanna. Deja la universidad y funda Facebook (Meta o como se vaya a llamar en el futuro). Si lo hizo Mark Zuckerberg, ¿porqué tú no?, ¿qué problema tienes?

Nos venden tan bien las historias de éxito que una empieza a preguntarse en qué planeta vive esa gente y en qué planeta habita ella. ¿De verdad son humanos, dónde hay que pellizcar que me ofrezco?

Historias demasiado bien contadas.

Escuchamos tanto las historias de éxito y versiones envueltas en papel de regalo, que raras veces podemos acertar sobre cuáles fueron sus retos, qué miedos tuvieron y cómo los afrontaron. Pocas veces podemos recordar en qué momento de su vida fracasaron y qué causas lo provocaron.

Las historias están contadas tal que, no podemos ni contextualizar de forma aceptable la razón de su éxito. Lo confieso, tengo un problema más que personal con la falta de contextos, pero eso da para otra voz de mi vida sin título.

En cualquier caso, tengo que rectificar algo: no es tanto que hablen demasiado de los casos de éxito, es que hasta que no eres lo suficientemente exitosa, poca gente quiere saber de ti. Y yo te digo: procura fracasar y fracasa pronto. Fracasa pronto, porque es una de las mejores formas de aprender qué es lo que funciona y qué es lo que no funciona. Es cometer los errores que necesitas, una y otra vez, hasta que se te grabe la lección.

Hago el símil porque cometer errores es considerado socialmente como fracaso. A mí no me preguntes el por qué, pero los errores son más pesados si después no vienen acompañados de una historia de éxito brillante que los respalde.

Lo que se omite y lo que no se cuenta.

Todas esas personas que hoy crees exitosas y que hoy son tus ídolos (aquí entre nosotras, ya sabemos que somos fans) pasaron por momentos muy duros que comparten con el mundo y otros que, apuesto, ni se atreven a verbalizar. Hay momentos en que el éxito también es solitario.

La esencia está en que aprendieron cuál era el camino que daría lo que buscaban. Que a algunos nos podrá parecer correcto o no, pero eso ya es canto de otra fiesta.

Cuando te llegue la avalancha informativa, yo propongo que te hagas preguntas primero y no te pase como a quien va de shopping sin saber lo que busca y por eso se lleva cualquier cosa a casa.

Empieza por saber qué es el éxito o el fracaso para ti, porque fracaso de una puede ser el éxito de otra. ¿Cuál es tu definición del éxito?

Para unas es ser reconocidas mundialmente o famosas, para otras compartir en la intimidad. Para algunas es tener mansiones, para otras un techo donde dormir, ¿a qué aspiras tú, amiga? No vaya a ser que lo que estás buscando sea la definición de éxito de otra persona, esa que en el fondo no te satisface a ti. Tú y yo lo sabemos.

Cuando encuentres tu definición de éxito, asegúrate de fracasar pronto. No me malinterpretes, fracasar pronto entendido como trabajar en aquello a lo que aspiras, cometer los errores que necesitas y aprender las lecciones que te faltan, porque nada es gratis y el éxito te cuesta, aunque nadie quiera hablar de eso, porque no vende.

Escritoras dispuestos a fracasar.

Para ti que escribes y este sea tu problema o esta sea tu lucha, ¿te suena Harry Potter?, ¿a quién no? Pero como sea tu caso, ya sí te mandamos a otro planeta my friend. Hay gente para todo, pero espero que hayas visto las películas o leído los libros. Que como es lo que vende, sepas de la historia de éxito de esta obra.

Vamos a hablar de la historia de fracaso que hay detrás de Harry Potter. La autora, Joanne Rowling, envió su manuscrito a nada más y nada menos que a doce editoriales. Mira tú por dónde, todas rechazaron el manuscrito, hasta que posteriormente sería publicado en 1997 por una pequeña editorial y es hasta nuestros días considerada una de las obras más exitosas. Como este hay más ejemplos. Pero no me voy a quedar en lo típico.

Imagina que ninguna editorial hubiera publicado esta obra, que su autora hubiera desistido con el primer o incluso segundo rechazo. Nadie hablaría de la historia de éxito. Y ni siquiera se conocerían estas historias de "fracasos". Como he dicho previamente, el fracaso es relevante o perdonable socialmente si después es precedido por una historia brillante de éxito.

¿Con qué debemos quedarnos?

Me quedo con que J. K. Rowling se propuso fracasar pronto y, además, fracasó muchas veces. Empezó a escribir el manuscrito, lo terminó y después lo mandó a doce editoriales que lo rechazarían, hasta que una lo aceptó. Sabemos de las historias de fracaso gracias a la historia de éxito. Pero igualmente, nos seguirá llegando bastante sesgada.

Habrá historias de fracasos a las que no tengamos acceso o a las que nadie más tenga acceso, pero que fueron claves e importantes para que pudiera nacer la historia de éxito que hoy tú y yo conocemos.

Así que, más que buscar el éxito, tal vez tengas que abrazar un poco más el fracaso. Quizás lo que necesitamos es aprender a fracasar, a fracasar muchas veces, a fracasar pronto, a fracasar primero. Porque la cara oculta del fracaso también es interesante.