La sociedad del futuro

Estefanía Mbá

He mirado mi estantería de libros hoy y me he dado cuenta de una cosa: cada vez aumenta mi número de libros digitales y hacen competencia a los que tengo en físico.

Esto me ha hecho pensar en los efectos de internet en nuestras vidas y en los cambios de estilo de vida que nos ha traído la tecnología.

Según las previsiones de los expertos, el consumo de libros electrónicos irá en aumento y, lo más seguro es que acabe superando con creces los consumidos en físico. Lo más probable es que los libros en físico desaparezcan, al menos, tal y como los conocemos ahora.

Lo que pasa con el consumo de libros pasa en otros sectores. A la gente ya le encanta pedir comida online, comprar ropa online, conectarse, entretenerse e informarse a través de la red.

Pocas cosas son las que no se pueden hacer online en estos días. Incluso algo tan íntimo como el sexo se ha digitalizado. Y con toda esta historia de la pandemia, parece que la solución a todo está online. ¿Será que los cimientos de nuestra sociedad se están transformando y no nos damos cuenta?

Morir intentando hacerlo.

Al paso que vamos, la tecnología de internet deja de ser opción y se va convirtiendo en obligación. En la sociedad futura, tener una red social será obligatorio (ya casi lo es) y trabajar online será de gente que mola o será la norma.

Las personas ya no podremos elegir si hacer uso o no de la tecnología, ya no podremos elegir si queremos aparecer o no en internet. En los bancos, centros educativos, hospitales y demás, la única elección será adaptarse o morir intentando hacerlo.

No habrá forma de negarse, nadie querrá ni podrá negarse. A veces pienso que los seres humanos empezaremos a llevar microchips, por vete a saber tú qué razón. En la sociedad futura, las burbujas serán nuestros hogares (literal o metafóricamente, da igual).

La sociedad futura.

Como todo cambio y toda transformación, a algunos no nos sienta muy bien al principio, pero después le vamos cogiendo el gusto. Será que una se da cuenta de que hay cosas más grandes que ella y solo se resigna. Porque nadar a contracorriente no siempre es buena idea y, a veces, pierdes más energía de la que ganas.

Al principio, el inicio de la sociedad futura me producía recelo, me reconcilié con ese otro lado después. Ahora solo estoy intentando descubrir este nuevo universo sin perder el aliento en el proceso. ¿La verdad? Pues que lo voy amando un poco, ¿qué te voy a decir?

Será porque empecé a mirarlo como ese ejemplo del cuchillo. Ya sabes, eso de que puede ser arma y herramienta a la vez. Pues nada, que una persona curiosa como yo va descubriendo todo un mundo.

La cantidad de conocimientos a los que se puede tener acceso en internet es humanamente inabarcable. Pero bueno, ¡qué remedio! Cosas de la sociedad futura. Lo queramos o no, internet se queda. En esta noche en vela pienso que ya estamos en la sociedad futura, donde la tecnología es el centro de todo.