Triunfar lejos de tu tierra

Estefanía Mbá

La envidia es el deporte nacional de este país. La mediocridad aquí campa a sus anchas. Si es que no apreciamos lo nuestro. No le damos valor a nuestras cosas.

No, no valoramos nuestra cultura, nada de nada. Nos hemos occidentalizado demasiado. Con tanta integración ya no tenemos identidad. Estamos perdidos y acabados.

Los paisanos no apoyan y valoramos más lo de fuera.

Pero si tenemos un gran país, cuando nos demos cuenta ya será demasiado tarde.

Aquí no dejan hacer a los mejores, el enchufismo es lo nuestro. Si ya se veía venir, tan mal lo ha hecho que nos ha dejado con el culo al aire. Somos la risa de Europa. Somos el culo de África. America is a bullshit. ¡Me bajo de este mundo que esto es una vergüenza!

¿A qué viene todo esto?

En esta noche en vela, por azares del destino o casualidades de la vida, me he encontrado con un vídeo analítico que me ha llevado a pensar en la frase "nadie es profeta en su tierra" y en la forma en que nos portamos con los nuestros o hablamos de nuestros problemas y retos.

Podría haber puesto el nombre de un país concreto, pero me preguntaba si los seres humanos no tenemos más en común de lo que nos imaginamos. Si gran parte de los ciudadanos del mundo no se sentirían identificados en varias o todas esas expresiones. Si acaso no somos, en el fondo, muy diferentemente parecidos.

Estrategia de La Rosalía.

El vídeo que me he encontrado es uno que analiza la estrategia de marketing que había seguido La Rosalía para llegar donde está.

En este vídeo Neus Diez habla de su gran anuncio en Times Square, que fue como para hacer ver a los de casa que ella ya pisaba y apostaba fuerte. Básicamente, que ya jugaba en otra liga.

Ser profeta y sin tierra.

El vídeo ha hecho que mi mente relacione las cosas y me he acordado de una guineoecuatoriana que en un directo decía algo como: "Si quieres que te respeten en casa (tu país), primero impacta fuera. Si lo haces, cuando lleves una propuesta te tomaran en serio o por lo menos te mirarán con otros ojos." Es triste admitirlo, pero es una realidad a la que se enfrentan muchas personas.

La verdad es que mucha gente recibe primero el aplauso del vecino que el de su familia, la exaltación y halagos del extranjero antes que los de su país. No te creas que las escritoras se salvan, por desgracia, también es algo que pasa en el sector.

Según mi observación, ya no es que no seas profeta en tu tierra, sino que antes de ser profeta nadie quiere saber de ti y cuando ya lo eres todos te quieren en su tierra. Es curioso, porque también suele pasar que al lograrlo primero fuera, te puedes sentir un poco profeta sin tierra.

En mi opinión es hipócrita que te quieran después de ser profeta en otra tierra, cuando antes preferían que no fueras profeta, cuando antes preferían que tuvieras tierra sin ser profeta. Pero bueno, la hipocresía es humana.